Conoce los fundamentos de la inversión en bonos, conocidos por su relativo bajo riesgo comparados con otros instrumentos financieros, y que a menudo son un componente importante en carteras de inversión diversificadas.

Un bono es un instrumento financiero que permite a su dueño recibir ingresos regulares, habitualmente en forma de intereses, de la entidad que emite el bono (el emisor). El emisor, al vender el bono, se “endeuda” con el poseedor del bono y está obligado a devolverle la cantidad principal al vencimiento y a realizar pagos de intereses agendados.
Como instrumentos de deuda, los bonos se diferencian de otros instrumentos como las acciones; los poseedores del bono son acreedores del emisor y habitualmente no tienen derechos de propiedad o reclamo de dividendos o copropiedad.

El papel de los bonos en la creación de una cartera diversificada

El primer principio es normalmente sencillo: cuanto menor riesgo de impago, concurso o liquidación, mayor será el precio del bono (y menor la rentabilidad). Cuanto mayor riesgo de impago, concurso o liquidación, menor será el precio del bono (y mayor rentabilidad). Los bonos son instrumentos de renta fija, diferentes a las acciones, donde los inversores no conocen su rentabilidad futura. Existen muchos tipos de bonos como los bonos gubernamentales (como el tesoro de EE. UU) o los bonos de alto rendimiento de empresas en crisis. 

Los bonos habitualmente se caracterizan por su relativa estabilidad en comparación con activos como las acciones, a menudo mostrando menos volatilidad de precios. Esta estabilidad permite a los inversores diversificar sus carteras al incluir una mezcla de tipos de activos con diferentes niveles de riesgo. Al incorporar bonos junto a acciones y otros activos puedes equilibrar la composición general de la cartera, cuya combinación ayuda a  reducir el riesgo de pérdida de capital y reducir la volatilidad en toda la cartera. Sin embargo, es vital reconocer que los bonos aún conllevan cierto riesgo y que su impacto en la estabilidad de la cartera puede variar dependiendo del tipo de bono y las condiciones del mercado. A la hora de crear una cartera diversificada es esencial comprender los diferentes tipos de bonos y sus características únicas. 

Tipos de bonos

Los bonos se pueden categorizar de diversas maneras, y una de ellas es a través de sus emisores. Dentro de esta clasificación, identificamos tres tipos principales de bonos:

  • Bonos del gobierno: emitidos por gobiernos nacionales. Normalmente éstos se venden de manera nacional e internacional para financiar los gastos del gobierno, incluyendo el déficit de deuda del estado. Aunque se consideran una inversión relativamente segura, especialmente en países estables, su popularidad se basa en las condiciones del mercado y preferencias del inversor.
  • Bonos corporativos: estos bonos los emiten empresas para incrementar su capital con diversos fines, como la expansión del negocio, financiación de proyectos o refinanciación de deudas. Comparados con los bonos gubernamentales, los bonos corporativos habitualmente conllevan mayor riesgo, reflejando una mayor incertidumbre en beneficios empresariales y estabilidad financiera.
  • Bonos municipales: emitidos por entidades gubernamentales locales, como ciudades y municipios. Los bonos municipales se pueden utilizar para financiar proyectos públicos, infraestructuras o gestionar deuda local. Aunque a menudo ofrecen un retorno de inversión estable y los respaldan los medios del municipio emisor, el riesgo y alicientes pueden variar. Los inversores deben considerar la salud financiera y la solvencia del municipio emisor, ya que estos factores pueden impactar a la seguridad y rentabilidad del bono.
Fijación de precios
  • Valor Nominal: es la cantidad que el emisor del bono acuerda devolver al propietario del bono a su vencimiento, representando esencialmente la deuda con el propietario del bono.
  • Precio de emisión: este es el precio al que el bono se vendió inicialmente a los inversores cuando se emitió. El precio de emisión lo establece el emisor y puede ir a la par, ser superior (premium) o inferior (descuento) del valor nominal, dependiendo de las condiciones del mercado y otros factores.
  • Precio de transacción: este es el precio al que el bono se comercia en el mercado durante su vida. El precio de transacción puede variar por encima o por debajo del precio de emisión basándose en cambios en los tipos de interés, la solvencia del emisor y otros factores del mercado.
Rentabilidad de los bonos

La rentabilidad de los bonos representa el rendimiento que un inversor puede esperar de una inversión en bonos influenciado por factores como los tipos de interés de los bonos (tarifa de cupón), fecha de vencimiento y precio de mercado. Esta rentabilidad fluctúa con el tiempo, viéndose significativamente afectada por los tipos de interés que prevalecen en el mercado. Cuando los tipos de interés suben, el precio de los bonos existentes suelen bajar, llevando a mayor rentabilidad sobre estos bonos para hacerlos más atractivos en comparación con los bonos nuevos emitidos a mayores tipos. Y a la inversa, cuando los tipos de interés del mercado caen, los precios de los bonos existentes suben, lo que hace que baje su rentabilidad, igualándolos en rentabilidad con los nuevos bonos emitidos a tipos más bajos.

Vencimiento

El vencimiento del bono a menudo se refiere al periodo de tiempo hasta que la cantidad principal del bono debe devolverse por parte del emisor, calculada desde la fecha de emisión hasta la fecha de devolución. En su vencimiento, el propietario del bono a menudo recibe una cantidad igual al valor del bono junto con cualquier interés final que deba pagarse. Dado que los pagos de intereses y la fecha de vencimiento están predeterminadas, se trata de una fuente de ingresos estable y predecible. Los bonos pueden clasificarse como de corto plazo (con un vencimiento a menos de 1 año), a medio plazo (con un vencimiento entre 1 y 5 años) y a largo plazo (con un vencimiento de más de 5 años). Es importante apuntar que los bonos del tesoro, como otros bonos, se pueden vender en el mercado antes de su fecha de vencimiento, pero el precio de venta puede resultar en beneficio o pérdida de capital dependiendo de las condiciones del mercado más que por la reducción en el tipo de interés.

Riesgos asociados

Aunque generalmente los bonos se consideran un tipo de activo seguro comparado con, por ejemplo, acciones, es importante reconocer que no están libres de riesgos de inversión. Los inversores que consideran la inversión en bonos deben ser conscientes de los riesgos que éstos conllevan. Las principales categorías incluyen:

  • Riesgo de tipo de interés: los bonos a tipo fijo son más propensos a perder valor de mercado cuando los tipos de interés suben. Esto se debe a que los pagos de interés fijo se vuelven menos atractivos comparados con los nuevos bonos emitidos a tipos más altos, no porque el tipo de interés del bono suba. Esto puede afectar a inversores que pretenden vender sus bonos antes del vencimiento. Además, los bonos con mayores vencimientos experimentan mayor volatilidad en respuesta a los cambios de los tipos de interés. Por tanto, en anticipación a la subida de tipos, los inversores pueden modificar sus carteras hacia bonos con vencimientos más cortos para reducir la exposición a esta volatilidad. Y al contrario, si se espera una caída en los tipos, podrían favorecer a productos de exposición más larga para capitalizar una potencial subida de precios.
  • Riesgo de crédito: la inversión en instrumentos de deuda conlleva el riesgo de que el emisor se enfrente a dificultades. Esto puede llevar a retrasos en los pagos de los intereses o, en casos extremos, impagos o declaración de concurso o liquidación. Sin embargo, debemos remarcar que tales situaciones extremas no son habituales.
  • Riesgo de inflación: está estrechamente ligado al riesgo de tipo de interés. Cuando se espera que la inflación suba, los tipos de interés tienden a subir como respuesta. Este incremento en los tipos de interés normalmente lleva a un descenso en los precios de los bonos. El motivo detrás de esto es que a medida que la inflación erosiona el valor del dinero con el tiempo, los inversores demandan mayores retornos para compensar el reducido poder adquisitivo de futuros flujos de efectivo.
  • Riesgo de liquidez: este tipo de riesgo ocurre cuando un bono no puede comprarse o venderse rápidamente sin tener un impacto significativo sobre su precio. Esto implica que en situaciones de baja liquidez, la venta del activo podría necesitar una reducción de precio, mientras que la compra puede requerir un mayor precio. Otro aspecto de riesgo de liquidez es el reto de valorar con precisión instrumentos financieros no líquidos dentro de una cartera, mientras que su precio de mercado no se determina con facilidad. En casos extremos el riesgo de liquidez puede llevar a un escenario en el que es virtualmente imposible comprar o vender bonos en absoluto.
Clasificación de los bonos

Una clasificación de bonos es una evaluación de la solvencia de un emisor, que mide el riesgo asociado con la inversión en sus instrumentos de deuda. Las agencias que clasifican asignan esta puntuación basándose en un análisis de varios factores, incluyendo riesgos económicos, políticos y sociales. La clasificación puede ser a largo o corto plazo. Algunas de las agencias de clasificación más influyentes son:

Fitch Ratings
Emplazada en EE. UU, Fitch Ratings publica clasificaciones de instituciones financieras, empresas y países. Utilizan varias escalas, con el rango de puntuación desde “AAA” (la calidad de crédito más alta, menor riesgo) hasta “D” (impago, alto riesgo).

Moody’s
Una empresa americana y pionera en el análisis de solvencia de bonos del tesoro. Su subsidiaria, Moody’s Investors Service, se especializa en la clasificación de bonos, utilizando una clasificación desde “Aaa” (mayor calidad) hasta ”C” (menor calidad, a menudo impagos). Evalúan los instrumentos de deuda en varios segmentos de mercado, incluyendo bonos gubernamentales, municipales y corporativos.

Standard & Poor’s (S&P)
Una agencia americana conocida por sus análisis e informes sobre empresas de acciones conjuntas y sus bonos emitidos. S&P clasifica basándose en una escala desde “AAA” (mayor calidad) hasta “D” (impago), proporcionando opiniones sobre el nivel de riesgo del crédito para varias entidades económicas, incluyendo empresas de acciones conjuntas, ciudades y países.

Bonos y tipos de interés

Como ya se ha indicado antes, existe una relación inversa muy cercana entre bonos y tipos de interés. Comprender esta relación puede ofrecer oportunidades de inversión, a pesar de los riesgos inherentes. Especialmente a medida que los tipos de interés suben, el precio de los bonos existentes tienden a bajar y, por tanto, a medida que los tipos de interés bajan, el precio del mercado de estos bonos tienden a subir debido al mayor atractivo de sus ingresos fijos a futuro respecto a nuevos bonos a menores tipos.
Para los propietarios de bonos, el parámetro más importante es el Yield to Maturity (YTM) o Rendimiento al Vencimiento, que determina el retorno esperado total teniendo en cuenta el precio de compra, tarifa de cupón y tiempo hasta vencimiento. El tiempo de vencimiento del bono tiene gran influencia sobre su sensibilidad hacia cambios en los tipos de interés; los bonos más a largo plazo se ven más afectados por fluctuaciones de tipos que los bonos a corto plazo. Mientras que los bonos a largo plazo ofrecen rendimientos más altos para compensar el riesgo de subida de tipos de interés, esto no garantiza una mayor rentabilidad. Los inversores que anticipan una caída en los tipos de interés podrían favorecer bonos con fechas más amplias, lo que potencialmente puede proporcionar mayores rendimientos comparados con bonos de fechas más cortas en estos escenarios.

Bonos escalonados

Como se ha indicado anteriormente, la principal característica de los bonos es su fecha de vencimiento. Cuanto más corta es esta fecha, menos ingresos recibirá el propietario del bono, lo que puede afectar a su sentido de liquidez financiera con el tiempo. Para contrarrestarlo, la estrategia más popular es la creación de la llamada escalera financiera. Esto conlleva la construcción de una cartera de inversión que incluye bonos con diversidad de fechas de vencimiento. Con este enfoque, incluso aunque los ingresos de bonos a corto plazo se acaben, el inversor continúa recibiendo ingresos de bonos con vencimientos más largos. Esta estructura escalonada asegura una fuente de ingresos consistente y prolongada, compensando por los cortos periodos de ingresos de bonos individuales. 

Bonos en recesiones económicas

Si bien invertir en acciones durante una crisis económica puede ser un desafío debido a la alta volatilidad, la situación con los bonos puede ser diferente. Los bonos, especialmente los bonos del tesoro, pueden ayudar a estabilizar una cartera o limitar las pérdidas durante recesiones económicas. Esto se debe a que los bonos del tesoro están respaldados por el gobierno, ofreciendo un alto nivel de seguridad debido a la responsabilidad del gobierno de amortizarlos y pagar los intereses. Sin embargo, debemos recordar que este principio no es infalible cuando nos enfrentamos a lo impredecible, eventos extremos como una pandemia o una guerra pueden alterar incluso la inversión más estable. Aunque estos eventos son raros, sus consecuencias económicas pueden ser significativas y deben tenerse en cuenta en cualquier estrategia de inversión.

Duración y convexidad

La duración es una medida de riesgo que indica el porcentaje de incremento o disminución aproximado en el valor de los bonos cuando el tipo de rendimiento cambia en 1 punto porcentual. El riesgo sube cuanto más sensible es el instrumento a los cambios en el tipo sobre los ingresos (cuanto mayor el periodo de vencimiento y más bajo el tipo de interés, mayor es la sensibilidad). Esto se debe a que cuanto más largo el periodo de tiempo, se incrementa la posibilidad de cambio de tipos. 

La convexidad, por otro lado, mide la curvatura de la relación entre el precio del bono y su rendimiento. Es decir, indica cómo la duración de este instrumento cambiará cuando varíe el tipo de interés. Su cometido es corregir la discrepancia entre los tipos de interés y los precios de los bonos. Lo hace teniendo en cuenta el impacto que los tipos de interés pueden tener sobre la duración.

Existen dos tipos de convexidad:

  • La convexidad positiva ocurren cuando la duración del bono se incrementa y su precio sube (normalmente cuando el rendimiento baja), algo que puede ser beneficioso para los poseedores de bonos ya que indica que mayores crecimientos de precio para las caídas de rentabilidad.
  • La convexidad negativa, a menudo en bonos rescatables, se da cuando la duración disminuye a medida que el precio del bono se incrementa, algo que puede ser menos favorable para los inversores ya que limita la apreciación del precio en un entorno de rendimiento decreciente.

Gracias a su generalmente bajo nivel de riesgo comparado con las acciones, los bonos pueden resultar un instrumento de inversión atractivo para muchos inversores. Sin embargo, es vital comprender cómo diversos factores de mercados pueden influenciar el valor del bono, precio y los pagos de interés fijo que recibe el propietario del bono. Invertir en bonos puede ser una estrategia efectiva para diversificar una cartera de inversión y mitigar posibles pérdidas de sus componentes más volátiles. Antes de invertir, es importante investigar la clasificación del bono a través de una agencia de clasificación de crédito y comprender la situación económica del emisor para evaluar mejor los riesgos asociados.